sábado, 7 de marzo de 2015

"Te llevaré donde sea.."

Hay días en que pienso que estoy completamente loco por vivir el fútbol como lo vivo. Ver cuanto partido se juegue, que mi estado de ánimo se termine de decidir según el resultado de mi equipo, sentirme tan catalán como Serrat por el fanatismo por el Barcelona, salir de ver en la ecografía que mi primer hijo iba a ser varón y pensar en comprarle la banda roja y la pelota de River, y ya estar deseando su primera vez en el Monumental. Respirar fútbol, saber quién es el arquero de Chicago pero no quién es el vecino. Emocionarme hasta las lágrimas con Mascherano en el mundial, más que con cualquier película sentimental, y así podría enumerar miles. 
Pero es así, para muchos de nosotros, el fútbol es "lo más importante de lo menos importante de la vida" como dice Varsky. 
Y no somos sólo los argentinos, hoy vi esta noticia y me pareció una linda manera de graficarlo, en Bélgica, a Lorenzo Schoonbaert, un hincha "veneno" del Brujas lo operaron 37 veces en los últimos 20 años para tratar de combabir un cáncer que se diagnosticó finalmente terminal. En consecuencia, y porque las leyes de su país lo permiten, él pidió la eutanasia o "muerte respetada". Pero antes le quedaba un último deseo por cumplir: ver un último partido del equipo de sus amores, de sus colores, de ese club que le hace poner la piel de gallina, llorar, reír, gritar, VIVIR.
Así que fue a la cancha, acompañado de su hija Lorre y su esposa. El club al saber su historia, lo invitó a que haga el saque inicial con Lorre y tuvieron la oportunidad de conocer a los jugadores y hablar con ellos un buen rato en el vestuario. "Ya puedo morir en paz. Mi último sueño se ha hecho realidad, será un buen recuerdo para mi hija", expresó Lorenzo tras el partido.
Un día después a Lorenzo Schoonbaert le aplicaron una inyección letal que terminó con su vida. Su familia comunicó que "como él decía, tenemos que mirar hacia arriba. Fue valiente hasta el último minuto y disfrutó hasta el final de sus seres más queridos".

Con esto no quiero justificar nada, simplemente es una manera de vivir, como vivió Lorenzo, con colores que lo identifican, pero no sólo a él, esos colores también identifican a su familia, amigos, a su lugar de pertenencia, a todo lo que Lorenzo AMA y VIVE. Y habló de él en presente porque desde alguna estrella, Lorenzo  debe estar esperando que su hija crezca sana, que su mujer viva una vida tranquila, y también que el Brujas gane el domingo, y que el Anderlecht no le gane a nadie!

“El tipo puede cambiar de todo: de cara, de casa, de familia, de novia, de religión, de dios… pero hay una cosa que no puede cambiar… no puede cambiar de pasión.” 
El Secreto de sus Ojos

Nos leemos Pronto, Bonzo

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