miércoles, 8 de octubre de 2014

Cosas increíbles de vivir, casi como la famila...

Hoy voy a hablar de algo que me hizo muy bien, un lugar que me dio herramientas para intentar ser FELIZ cada día, donde encontré lo mejor que me pasó en la vida, y donde lleve a la gente que amo y me rodea, el Movimiento de Jornadas de Vida Cristiana.

Si bien me tocó participar solamente en casi un cuarto de los 40 años de vida de este Movimiento, siempre me sentí como si hubiera estado ahí desde el principio, y no son muchas las cosas que me generan eso. El único ejemplo que se me viene a la mente es mi familia, siento que estoy ahí aún desde antes de nacer, desde los recuerdos de mis viejos cuando eran novios y mi abuela no dejaba que salgan hasta tarde, pasando por los nacimientos y anécdotas de la infancia de mis hermanos mayores y hasta mi propio nacimiento, son cosas que conozco con tanto detalle que hasta puedo verlos como recuerdos propios.

Y lo mismo me pasa en Jornadas, miles de historias, de momentos y de personas que han quedado en la historia del Movimiento los tengo grabados como si los hubiera conocido, como si los hubiera vivido, por citar un ejemplo, el día que fuimos con mi esposa a la primer misa en Aránzazu cuando fuimos a vivir a San Fernando, al salir de la Parroquia estaba un jornadista que en ese momento no participaba del Movimiento activamente, en la jerga del movimiento “un jornadista viejo” y yo lo encaré y lo saludé efusivamente con un abrazo, como hago con todos mis amigos...porque a él lo conozco de mil historias y es para mí alguien “conocido” y querido, lo raro es que él a mí no me conocía, pero también sabía que estaba esta “hermandad DE COLORES” y eso bastó para que habláramos como “viejos conocidos” que –paradójicamente- recién se conocían. Esa magia es lo que me enamora de Jornadas, y es lo que me hace escribir estas líneas aún a riesgo de que piensen que estoy loco o que soy un "chupa cirios" y no lo digo por la familia de Jesica.

En jornadas tengo amigos y familia, tengo gente a la que amo, y con la que comparto más que el Movimiento. También hay momentos difíciles y personas con las que uno por cosas de la vida no tiene compatibilidad, nos pasa en todos los ambientes, y lamentablemente nos pasa en el Movimiento también, pero claramente no es mi intención hablar de eso ahora, y no vale la pena pensar en esas cosas.

Pero sin dudas lo mejor que me dio Cristo en Jornadas es mi familia, conocí a mi esposa, y desde ahí nos encontramos para toda la vida, y es por eso que nos casamos y nos dimos el gusto de cantar el DE COLORES (que es la canción que nos identifica en el Movimiento) en la fiesta de nuestro casamiento con los jornadistas que nos acompañaron ese hermoso día, ¡hasta nuestros testigos de civil y de iglesia fueron jornadistas! y hoy estamos disfrutando a Santino, nuestro primer hijo, el fruto de ese amor que empezó, se desarrolló y vive en Jesús y en Jornadas.

Y también en Jornadas encontramos el impulso para trabajar en nuestra parroquia, para poder salir al encuentro del prójimo, para que viva un encuentro con Jesús, que es algo que te marca para toda la VIDA, y ahí también nos encontramos con una jornadista de otros tiempos, Rosana, que tiene una RGO de más de 20 años y ama al Movimiento como el primer día, si Jesús eligió Jornadas para que nos tenga siempre cerca de Él, entonces ¿cómo negarme?. 

Recuerdo que cuando tomé la Primera Comunión, esperaba un encuentro con ese Jesús amigo del que me hablaron, y no tenía idea de cómo iba a llegar a ese encuentro. Cuando hice mi confirmación ese encuentro tuvo una forma, algo palpable, un sentimiento de saciedad espiritual tan fuerte como pasajero para un adolescente que todos los días necesita algo nuevo que lo deslumbre. Pero cuando salí de mi jornada, la 51 de varones de San Isidro, sabía que había encontrado un Cristo VIVO para toda mi VIDA. Eso es Jornadas para mí, es ir a visitar a viejos amigos, gente con la que viví experiencias únicas, y por la cual llego al “Groso” (como diría un amigo).

Siempre pensé que Jesús es alguien con quien me encantaría sentarme a tomar unos mates y hablar de la VIDA, y estoy seguro que en cada mate que se ceba en una Jornada o reunión del Movimiento, Jesús está ahí hablándonos de la VIDA que Él quiere para nosotros como Iglesia, para que lo llevemos a un alma y mil más y es por eso que quería compartir esa alegría...porque esto también es compartir VIDA, y en tempos de Francisco donde todos se maravillan de su mensaje, estoy orgulloso de hacer "Iglesia VIVA y hacer Lío" desde hace mucho.

Los invito a pensar en lo que les hace bien, lo que los acerca a la felicidad y compartirlo, porque eso es lo que ayuda a los demás,  y cuando uno ayuda, vuelve el doble.

Como dicen por ahí, nos leemos.

Diego, Bonzo

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